2.234 – En la siesta

carmen peire  Eva juguetea con una uva, capaz de rodar por la oreja y el cuello y el ombligo y la cadera y… chasss, reventarla en el cuerpo, restregando su líquido hasta hacer una nueva piel dulce y pegajosa para que alguien pueda lamerla. O bien, seguir paseando la uva, que baje la pendiente rodando, círculos guiados por la palma de la mano hasta llegar abajo. Ojalá los hombres fueran así, pequeños y dulces, manejables, jugosos…
Eva prosigue su viaje con la uva hasta la cueva de su cuerpo, siente el efecto, relaja las piernas. ¿A quién podrían tentar con una manzana?
Eva piensa en Adán y recoge la uva para llevarla a la boca, entre los dientes nota su resistencia hasta que consigue reventarla. Mastica despacio y, al tragarse la pulpa informe en que se ha convertido, percibe un rumor que le susurra cambios en el paraíso.

Carmen Peire
Horizonte de sucesos. Ed. Cuadernos del Vigía. 2011

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