2.036 – La chica del auto stop, I

iwasaki  Era delgada y tenía el pelo blanco y largo como una actriz gótica. Yo sólo quería verla de nuevo y por eso le presté mi casaca. Para tener una excusa y poder ir a su casa esta mañana.
La madre se ha puesto a llorar y me jura que su hija ha muerto hace años. Como no le he creído me ha llevado hasta su tumba y allí estaba ella, blanca como una azucena y con mi casaca negra sobre los brazos abiertos. Parecían alas.
He querido abrazarla y la madre me ha sujetado con fuerza. Ella corre hacia mí. No sé quién me ha mordido primero.

Fernando Iwasaki
Por favor sea breve 2. Ed. Páginas de espuma. 2009

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