Eso le enseñaron. Lo mamó desde la cuna. Lo oyó desde sus primeros pinitos. Se hizo carne en él. Entonces dejó volar los noventa y nueve pájaros y apretó fuerte, bien fuerte, el que tenía en la mano. El pájaro murió asfixiado.
Isidoro Blaisten
Eso le enseñaron. Lo mamó desde la cuna. Lo oyó desde sus primeros pinitos. Se hizo carne en él. Entonces dejó volar los noventa y nueve pájaros y apretó fuerte, bien fuerte, el que tenía en la mano. El pájaro murió asfixiado.
Isidoro Blaisten