3.557 – Final feliz

  Inventé la mujer perfecta y me enamoré perdidamente de ella. También en la obra le concebí un romance de final feliz con el protagonista, un hombre pelirrojo y carismático que la hacía reír como loca. Ebrio de celos, antes de entregar el borrador a mi editor, en una noche reescribí el final en que ella, muerta de hastío, lo envenena y regresa conmigo.
El drama de mi novela póstuma estriba en que antes de salir a la luz pública, morí misteriosamente envenenado. Ahora mi viuda cobra las regalías que gasta a raudales con su instructor de aerobics, un joven pelirrojo y divertido.

Daniel Sandoval Barba