Yo fui loco y ya soy cuerdo. Miguel de Cervantes
El mucho leer le había trastornado el cerebro. Era viejo, flaco y visionario. Creía en la bondad, en la solidaridad y en la justicia. Cuando vino la República, su locura se exacerbó hasta el éxtasis y la guerra civil le cogió a contrapié. Lo fusilaron contra una tapia que creyó que era la frontera del paraíso, unos pistoleros, a los que confundió con ángeles, un día de sol que le pareció de buen agüero. Tuvo tiempo de reconocer ante los suyos, que le recogieron agonizante, que se había equivocado.