3.475 – Humor y timidez

    Acabo de enterarme de que Carlos Castaneda, antes de morir, confesó a sus allegados que Monterroso había resucitado tímidamente, «el humor y la timidez generalmente se dan juntos», escribió en Movimiento perpetuo, pero que al darse cuenta de que se le recordaba -sobre todo- por «El dinosaurio», regresó plácidamente a la tumba, al trasmundo en que se juntaba a conversar con Juan Rulfo, el zorro es más sabio, para componer, no sin desgana, alguna brevedad sobre la estulticia sin remedio del género humano.

Fernando Valls

1.169 – Receta

 Para escribir una fábula es necesario contar con un león, un mono y un pintoresco camaleón. Se le pone una pizca de sátira, algo de envidia, pero sólo en pequeñas cantidades, para que apenas se note, las correspondientes dosis de ironía y humor, aplicadas con mesura y oportunidad, y tras pensar en los políticos y escritores, se agita en la imaginación. Luego, ya sólo es necesario poseer el talento y la expresión justa de Monterroso, de modo que en nuestra fábula el mal vuelva a triunfar sobre el bien, sin remedio, como siempre ha sucedido, para escándalo de los crédulos y desesperación de los optimistas. Como debe ser.

Fernando Valls

1.144 – Tito en Pafos

 ¿Con quién andará Monterroso en el más allá? -pregunta Paqui. Will le contesta que seguro que se encuentra en el Pafos, recorriendo las mesas de Horacio, Quevedo y Gracián; aquella otra que comparten Melville, Chéjov, Faulkner y Thomas Mann; o la de Julio Torri, Lugones, Salarrué y Arreola, bebiendo en la cantina de Afrodita, vaya usted a saber qué… Mientras charlan todos animadamente, Rulfo y Calvino asienten en la barra, en silencio, y Tito esboza una leve sonrisa andando de aquí para allá, en tan grata compañía, ahora que -por fin- los fastidiosos periodistas han dejado de preguntarle por qué no escribe una novela. Quizá porque no saben que Lo demás es silencio.

Fernando Valls
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http://cvc.cervantes.es/actcult/monterroso/obra/silencio.htm