3.708 – Un individuo humilde, modesto

  ¡He decidido dejar de ser pedante y engreído! ¡A partir de ahora, seré un individuo humilde, modesto, ya verán! ¡Seré el hombre más humilde y modesto del mundo; triunfaré en los principales torneos internacionales de modestia y humildad; accederé a los más altos estrados para exhibir mi nueva condición y nadie, pero nadie, será más humilde y modesto que yo: lo juro!

Armando José Sequera

3.690 – Arco iris muerto

  Un día, un carro se detuvo frente a nuestro edificio por un problema en el motor y, para que anduviera de nuevo, le cambiaron el aceite. Cuando el carro se fue, quedó en la calzada un pequeño pozo de aceite que con el sol cambiaba de colores. Al rato, cuando Teresa llegó del kinder, se quedó parada frente a donde estaba el aceite y después de contemplarlo con asombro durante unos segundos, dijo:
“¡Mira, mami, qué cosa tan triste: un arco iris muerto!”

Armando José Sequera

3.424 – Mi esquizofrenia

    Mi esquizofrenia va de mal en peor: mi segunda personalidad dice que, como no se lleva bien con la primera, se aliará con la tercera para mitigar su soledad. La primera, entre tanto, alega que, por más esfuerzos que hace, no logra congeniar con la segunda, razón por la cual formará alianza con la cuarta, habida cuenta de que si la tercera se lleva bien con la segunda, es imposible que se lleve bien con ella. Afortunadamente, me he mantenido al margen de esta absurda disputa y no he sido involucrado en lo que, a todas luces, es una malsana maraña de incomprensiones.

Armando José Sequera
Ciempiés. Los microrelatos de Quimera. Ed Montesinos

3.230 – Mi esquizofrenia

armando_jose_sequera   Mi esquizofrenia va de mal en peor: mi segunda personalidad dice que, como no se lleva bien con la primera, se aliará con la tercera para mitigar su soledad. La primera, entretanto, alega que, por más esfuerzos que hace, no logra congeniar con la segunda, razón por la cual formará alianza con la cuarta, habida cuenta de que si la tercera se lleva bien con la segunda, es imposible que se lleve bien con ella. Afortunadamente, me he podido mantener al margen de esta absurda disputa y no he sido involucrado en lo que, a todas luces, es una malsana maraña de incomprensiones.

Armando José Sequera
Velas al viento. Ed Cuadernos del vigía. 2010

2.967 – ¡La peor experiencia de mi vida!

armando_jose_sequera  Tras ganar el premio Nobel y recibir las felicitaciones del rey de Suecia, me entregaron el cheque que me permitiría llegar a mi oficina y decirle a mi jefe que esperaba que, a partir de aquel día, se pudriera en el infierno, pero el estruendo de los aplausos me despertó.

Armando José Sequera
Velas al viento. Los microrelatos de la Nave de los Locos. Ed cuadernos del vigía. 2010

1.866 – Opus 8

Armando José Sequera  —Júrenos que si despierta, no se la va a llevar -pedía de rodillas uno de los enanitos al príncipe, mientras éste contemplaba el hermoso cuerpo en el sarcófago de cristal-. Mire que, desde que se durmió, no tenemos quien nos lave la ropa, nos la planche, nos limpie la casa y nos cocine.

Armando José Sequera

1.500 – Un individuo humilde, modesto.

Armando José Sequera He decidido dejar de ser pedante y engreído. A partir de ahora, seré un individuo humilde, modesto, ya verán: seré el hombre más humilde y modesto del mundo, triunfaré en los principales torneos internacionales de modestia y humildad, accederé a los más altos estrados para exhibir mi nueva condición y nadie, pero nadie, será más humilde y modesto que yo: lo juro.

Armando José Sequera
Por favor, sea breve 2. Edición de Clara Obligado. Ed. Páginas de espuma. 2009

1.478 – La tatarabuela Felicia

Armando José Sequera La tatarabuela Felicia fue la mujer más mujer de la familia.
Era muy inteligente y bella según los cuentos del tío Ramón Enrique y un retrato que cuelga en la sala.
Un día, en medio de una de las tantas guerras y revoluciones que hubo en el país en los últimos años del siglo XIX, unos soldados pasaron por la casa de la familia y, como los hombres no quisieron incorporarse a su ejército, decidieron matarlos.
Antes de hacerlo, los soldados les dijeron a las mujeres de la casa que podían irse con lo que llevaran encima, que con ellas no se meterían.
Por idea de la tatarabuela Felicia, cada mujer salió cargando a su marido, a su hermano, a su padre o a su hijo y entonces los soldados se quitaron las gorras, se rascaron las cabezas y se fueron para siempre con las caras rojas y los corazones chiquiticos.

Armando José Sequera
La otra mirada.Antología del microrelato hispánico. Ed. Menoscuarto.2005

1.454 – Yo no me considero un funcionario corrupto

armando_jose_sequera ¡No, yo no soy, yo no me considero un funcionario corrupto, porque un funcionario corrupto es un individuo que no tiene vergüenza, que carece de moral y que ha perdido el sentido ético…! ¡Yo no, yo todavía me sonrojo, cuando me sobornan…!

Armando José Sequera
La otra mirada.Antología del microrelato hispánico. Ed. Menoscuarto.2005

984 – Mi esquizofrenia

 Mi esquizofrenia va de mal en peor: mi segunda personalidad dice que, como no se lleva bien con la primera, se aliará con la tercera para mitigar su soledad. La primera, entretanto, alega que, por más esfuerzos que hace, no logra congeniar con la segunda, razón por la cual formará alianza con la cuarta, habida cuenta de que si la tercera se lleva bien con la segunda, es imposible que se lleve bien con ella. Afortunadamente, me he podido mantener al margen de esta absurda disputa y no he sido involucrado en lo que, a todas luces, es una malsana maraña de incomprensiones.

Armando José Sequera